A
Esta es la mejor calificación en términos de eficiencia energética. Los inmuebles con esta letra contribuyen a la reducción de la huella de carbono y suponen un ahorro en sus facturas a largo plazo.
B
Los inmuebles con esta calificación son altamente eficientes, aunque no alcanzan el nivel óptimo de la categoría A. Se trata de una buena alternativa si busca un equilibrio entre coste inicial y ahorro a largo plazo en las facturas de energía.
C
Si bien no son los más eficientes, los productos o inmuebles de esta categoría aún ofrecen un rendimiento energético considerable. Son adecuados si está dispuesto a tolerar un consumo de energía moderado a cambio de un precio inicial más bajo.
D
Esta calificación indica que, aunque no está en el extremo más bajo de eficiencia, hay mucho margen para mejorar. Estos inmuebles tendrán costos operativos más elevados y un impacto ambiental más significativo que las opciones de mayor eficiencia.
E
Los productos o inmuebles con esta letra suelen ser menos costosos inicialmente, pero los costos a largo plazo en términos de facturas de energía y huella de carbono serán notablemente más altos.
F
Estas opciones suelen tener un costo operativo significativamente alto, consumiendo mucha más energía que las categorías superiores para realizar las mismas funciones. Además, contribuyen en mayor medida al cambio climático.
G
Esta es la calificación más baja en términos de eficiencia energética. Si bien estos productos o inmuebles pueden tener un costo inicial más bajo, los costos a largo plazo en facturas de energía y el impacto ambiental serán extremadamente altos.